El grupo de alumnos del 6to B de Primaria de la Institución Educativa 2040 República de Cuba que se ven en el futuro después de la escuela desempeñando labores de ingenieros ambientales. «Un proyecto de vida» y la proactiva presencia del Biohuerto Educativo han estimulado el interés por su futuro después de la escuela.
“‘Un proyecto de vida’ se inicia en el 2016. Es una propuesta vocacional orientada a hacer que la larga etapa escolar prepare verdaderamente a los escolares para la vida que les espera. El proyecto se encuentra en fase de franca consolidación.”, señala Florencia Córdova Mendoza, profesora de la Institución Educativa República de Cuba de Comas, quien comparte aquí estas líneas y una vital galería de imágenes.
A pesar de que la etapa escolar que comienza en la Inicial, pasa por la Primaria y culmina con la secundaria dura aproximadamente 14 años, los jóvenes egresan de las aulas escolares sin saber muchas veces a qué dedicarse o mucho menos conocer cuáles son sus proyectos a futuro. Todo lo contrario lo que debería suceder, dejar la escuela con metas claras y con un proyecto de vida.
He ahí la problemática que impulsó el nacimiento de “Un proyecto de vida”. Una iniciativa orientada a despertar -desde muy temprano en la Primaria y prosiguiendo en la Secundaria- el interés de los alumnos en una determinada profesión, de manera que cuando dejen atrás las aulas escolares tengan una idea clara de la carrera universitaria o técnica que elegirán.
La idea, desde un inicio, consistió en hacer realidad este proyecto involucrando crecientemente a mis estudiantes a fin de que mis alumnos no entren a formar parte del millón de “ninis” existentes actualmente en el Perú. Es decir, esos jóvenes que ni trabajan ni estudian, que no hacen nada por la vida y optan equivocadamente por la delincuencia o el pandillaje, y sumidos en la desesperanza son presas del alcohol o las drogas.
Lo ideal es que tanto los directivos como los profesores trabajemos en forma colegiada, complementando esfuerzos, creando sinergia, mancomunadamente, a fin de que nuestros estudiantes, al cruzar el umbral que separa la etapa escolar de la vida que los espera como ciudadanos, sean parte de una generación diferente, una que marque con su impronta el Perú del porvenir.
De lo que se trata es aprovechar la presencia del Biohuerto Educativo implementado con el apoyo de Econtinuidad -ONG cuya propuesta ecopedagógica gira en torno al Biohuerto Educativo y a las doce funciones que sus huertos orgánicos traen siempre consigo- en aras de potenciar las habilidades de nuestros estudiantes desde su más temprana edad y prepararlos para el mañana. Eso es lo que nos propusimos, es lo que estamos logrando.
El proyecto se inicia en 2016 con la responsabilidad que asume Vanesa Calderón como tesorera de su aula. Vanesa se encargaba entonces, lo sigue haciendo, de administrar la parte económica del aula. Ella, minuciosa como es, contabiliza y guarda todo los ingresos en favor del aula; a saber, el dinero que proviene de la venta de material reciclado o el que encuentra su origen en las multas establecidas por los mismos estudiantes, en consenso, en el marco de una sesión plenaria.
En el curso de año 2017, “Un proyecto de vida” es impulsado gracias a la presencia del Biohuerto Educativo, implementado gracias al apoyo de Econtinuidad. En ese nuevo escenario, Vanesa Calderón ya no sería Tesorera, se convirtió en la Contadora del aula, en una líder en este campo. Vanesa trabaja actualmente con su colega Frank Bancayán.
Para 2018 el Biohuerto Educativo a cielo abierto se ha ganado el interés de los estudiantes. La siembra de las hortalizas estimula a los alumnos. Un grupo de estudiantes, por propia iniciativa, se ofrece para cuidar de ellas. Así surgió el grupo de Ingenieros Ambientales. Los entusiastas Sandro Guevara, Tamara Méndez, Darly Iñoñan, Luis, Martínez, Víctor Martínez, Robert Ingaroca, Matías Ortiz, Valery Osorio, Josué Pazos Ángel Zuta y Javier Carranza, lo conforman.
En 2018 las cosechas fueron abundantes. Cada aula cosechó para su consumo; pero por iniciativa de los estudiantes se tomó la decisión de comercializar el excedente al interior de la misma Institución Educativa. Los propios alumnos hicieron ver a profesores y padres de familia, su nicho de mercado, que las hortalizas en venta eran productos de primera calidad, plantas cultivadas sin pesticidas, ni fungicidas, ni herbicidas de origen químico. Les hicieron ver que las hortalizas habían crecido orgánicamente.
Una experiencia genial, pues el grupo de alumnos que se encargó de la actividad de la venta de hortalizas se transformó en el grupo de Negocios Internacionales. Mariela Ccencho y Jazmín Garay lo conforman. Con el dinero recaudado por Mariela y Jazmín se adquirió una cocina industrial y se financió el pintado de algunos ambientes de la Institución Educativa. No solo eso, también se adquirieron utensilios para nuestra cocina, el lugar en el que las hortalizas cultivadas en el Biohuerto Educativo se constituyen en ingredientes y enriquecen con sus vitaminas, enzimas, minerales y oligoelementos los alimentos que ahí se preparan.
En paralelo a lo anterior, otro grupo de estudiantes se encargaba del soporte técnico o sea del acondicionamiento e instalación de la multimedia. Es decir del conectado del Internet en el aula a fin de ver los beneficios de los productos que sembramos o de cualquier tema. Adrián Acevedo, Yamil Calero, Jeremy Sulcaray y Robert Ingaroca (quien tiene dos opciones) conformaron el grupo de Ingenieros de Sistemas. Continúan haciéndolo.
Algo similar sucedió con el llamado grupo de Abogados. Un colectivo conformado por André Aguilar, Misael Sena, Kelly Manrique, Yurico Puicón y Piero Vargas, quienes sometían a juicio a los estudiantes que cometían algún desacato a las normas establecidas por la Institución Educativa o las que los mismos estudiantes establecía, siempre tomando en cuenta los principios que inspiran las normas que emanan de nuestra institución.
Por su lado, un grupo de estudiantes asumió, obedeciendo a los mandatos de su inclinación vocacional, la responsabilidad de la preparación de las ensaladas. Kelly Manrique, Juan Ordóñez, Luis Martínez, André Aguilar, Darly Iñoñan, conforman el grupo de los Chefs del aula; ellos hacen uso de las hortalizas cosechadas en el Biohuerto Educativo, al igual que de la Divertiquinua, una compota preparada a base de Quinua. Williams Ordóñez, un estudiante con habilidades especiales, se unió al grupo en este 2019.
También contamos con el grupo de Policías. Katherine Mendoza y Fernandito Isla tienen a cargo el respeto de las normas escolares. Teneños también a una administradora de empresas, Enma Pariona. El ejemplo de Enma, segura estoy, inspirará a otras y el grupo crecerá. Zuriel Alvarado es nuestra diseñadora, y nuestra aeromoza es Maeva Sánchez, ambas entusiastas alumnas.
En el mes de marzo de este 2019, tres años después de haber lanzado “Un proyecto de vida”, se llevó a cabo la sesión de Tutoría “Mi proyecto de vida”. Gracias a esta sesión se logró dar un paso significativo en el proceso de consolidación del proyecto: otros estudiantes, estimulados por la presencia del Biohuerto Educativo, lograron agruparse en otras opciones, libremente.
César Ventocilla, Jesús Cuadros y Stiven Rivero conformaron el grupo de Médicos. Ellos aprovechan la abundancia de la ortiga que crece en el Biohuerto Educativo y llevan a cabo una investigación sobre sus propiedades medicinales.
Con el uso del Biohuerto Educativo los estudiantes logran aprendizajes significativos en todas las áreas curriculares. Por ejemplo en Matemática, el grupo de Ingenieros Ambientales tuvieron que realizar mediciones para instalar el riego por goteo. Tomaron medida de la distancia que debía de haber entre cada botella. En el área de Comunicación, el biohuerto solicita la producción de textos como acrósticos, trípticos, adivinanzas, entre otras cosas.
En Personal Social la presencia del Biohuerto Educativo resalta la importancia del trabajo en equipo. En Ciencia y Tecnología, el cuidado del biohuerto en todos los aspectos. En el área de Arte estimula el dibujo y la pintura a fin de reproducir en imágenes a las hortalizas cultivadas en el Biohuerto Educativo. En Religión, inspira el respeto y amor a la obra de Dios. Tal como se puede inferir, los estudiantes de la Institución Educativa República de Cuba son los principales protagonistas en este proyecto que se consolida gracias a la presencia del Biohuerto Educativo.
Gracias a “Un proyecto de vida” nuestros estudiantes desarrollan sus propias habilidades y potencian sus capacidades, todo en función de sus intereses, proyectándose, lo mejor que les puede suceder, hacia un futuro. Lo hacen porque, en el proceso de realización de este proyecto, han tomado muy en serio las que con el paso de los años podrían constituirse en sus profesiones, dejando de lado a la mera caracterización.
La esperanza es que “Un proyecto de vida” se lleve a cabo a nivel Institucional, de esa manera tendríamos más estudiantes motivados y con metas claras. Al decir esto, soy consciente que no todos llegarán a ser lo que practicaron en las aulas escolares, pero es muy probable que muchos, con esfuerzo y perseverancia, logren sus metas a fin de ser, sobre todo, personas útiles para su familia, la sociedad y la patria, dejando siempre translucir que son personas con iniciativa propia, personas imbuidas con valores como el respeto, un valor cardinal pues permite a quien lo tiene en alto en su escala de valores englobar a las demás personas.
La confianza que deposito en “Un proyecto de vida” radica en el hecho de que el grupo de 36 estudiantes de 6° “B” de Primaria de la Institución Educativa 2040 República de Cuba es un colectivo humano muy valioso. Los alumnos que lo conforman tienen muy en claro el problema ambiental al que todos en el planeta nos confrontamos. Un grupo de estudiantes que trabaja, teniendo como objetivo un medio ambiente limpio, reciclando papeles, cuidando el Biohuerto Educativo, al igual que nuestro jardín. Un grupo de resilientes y honestos estudiantes que practican la empatía, pues a pesar de las dificultades que puedan tener en sus hogares se respetan y respetan a los demás. Un grupo del que, segura estoy, surgirán líderes, algo que se requiere en nuestra amada patria.
Al concluir esta nota, deseo agradecer a las autoridades de la Institución Educativa 2040 República de Cuba, centro escolar que me honra al tenerme como maestra. Estoy agradecida a la directora Norma Barragán Gutiérrez y al Subdirector Félix De La Rosa Collao, ambos desde un inicio apoyaron completamente mi proyecto. Mi agradecimiento va dirigido también a los padres de familia, quienes apoyando la realización de “Un proyecto de vida” me permiten realizar, en bien de sus hijos, mis sueños.
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septiembre, 2022