Un Biohuerto Educativo es un jardín ecológico que se pone al servicio de la educación de toda persona que entra en contacto con él: tal como lo podría hacer un guía, por el camino de un nuevo conocimiento.
Todo Biohuerto Educativo es “una naturaleza en miniatura” que no surge ante nosotros de una manera espontánea. Para existir requiere de la voluntad y la participación de un grupo de personas que hacen suyos el propósito de este “jardín para la vida”: la transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Un Biohuerto Educativo puede encontrar un lugar donde existir en los lugares más disimiles que uno pueda imaginar: un parque público o uno privado, un hospicio, un hospital o la azotea de un inmueble, por ejemplo. Que quede claro, no hay espacio donde un biohuerto de naturaleza educativa no pueda existir.
Desde la perspectiva de Econtinuidad, el escenario de acción por excelencia del Biohuerto Educativo está constituido por las escuelas de nivel inicial, primario y secundario. Los lugares donde, gracias a la acción conjunta entre Econtinuidad y los miembros de la comunidad educativa (profesores, padres de familia, alumnos, personal administrativo y de servicio), estos jardines orgánicos pueden enriquecer la educación impartida a una gran cantidad de niños y adolescentes.
Una vez que el Biohuerto Educativo ha encontrado lugar en una escuela, él y sus doce funciones -Pedagógica, Cognitiva, Nutritiva, Terapéutica, Creativa, Ética, Agroecológica, Organizadora, Relacional, Comunicativa, Artística y Cultural-, enriquece las áreas de estudio a través del proceso de retroalimentación (mediando los profesores y alumnos) con el aula y se pone al servicio de la educación.
La implementación y el manejo y cuidado del Biohuerto Educativo no involucran tan solo a los padres de familia y a los maestros: suscitan la participación del personal administrativo y de servicio de la institución educativa. Gracias a todos ellos, el jardín biológico se proyecta y se abre a la localidad que cobija a la escuela que le ha abierto sus puertas.
Los resultados del trabajo de campo con las comunidades educativas de escuelas cusqueñas ubicadas en las comunidades altoandinas de Vicho, Rayanniyoc, Inca Ripaq, Mancco Ccapac, Humberto Luna, Anccoto, al igual que el desplegado con diversas escuelas del distrito limeño de Comas, muestran que los Biohuertos Educativos catalizan un cambio benéfico, tanto a nivel individual como colectivo, en las localidades donde están presentes.
Tras casi veinte años de existencia, el Biohuerto Educativo se ha ganado a brazo partido un sitial de expectativa en escuelas de diversas regiones del Perú. El tiempo ha llegado para que su benefactora presencia se multiplique y permita así a Econtinuidad contribuir aún más en el proceso tan necesario de transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Après près de vingt ans d’existence, le Potager Educatif a remporté un franc succès dans les écoles de diverses régions du Pérou. Le temps est venu pour que sa présence bénéfique se multiplie et permette ainsi à Econtinuidad de contribuer plus grandement au processus si nécessaire de transformation de la relation entre l’être humain et la nature.
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