Parte de la plana de maestros del Centro Ann Sullivan en el espacio asignado al biohuerto escolar (2005)
El biohuerto escolar de Econtinuidad en el Centro Ann Sullivan del Perú vio la luz producto de la reunión de la mañana del jueves 7 de julio de 2005.
Ese día, muy amablemente Sophie Dmitrieff, fundadora de Econtinuidad, y Patricia Ávila Orellana, Coordinadora de Econtinuidad-Perú, fueron recibidas por Liliana Mayo, fundadora y directora general de este centro orientado a brindar educación a niños y adultos con capacidades y habilidades diferentes.
“La idea que tenía en mente la señora Mayo era acondicionar un espacio para que niños y adultos que asistían a este centro educativo localizado en el distrito de San Miguel pudiesen cultivar hortalizas y plantas aromáticas (…) como consecuencia de esta relación con la naturaleza podrían convertirse en horticultores, en profesionales en el campo de la horticultura”, recuerda Sophie Dmitrieff.
La propuesta de Econtinuidad se adaptó a la demanda expuesta por Liliana Mayo y pudo enriquecer las temáticas que componían la currícula “Funcional-Natural” del Centro Ann Sullivan: como sostiene Sophie Dmitrieff, “El biohuerto escolar respondió al requerimiento funcional del CASP, es decir a los que tenían que ver con las habilidades y objetivos útiles en la vida de las personas con capacidades especiales”.
Al igual que lo que tiene que ver con las necesidades de índole natural; es decir, a las relacionados a situaciones que tienen lugar en ambientes y momentos de la vida diaria: pues la dinámica de la relación que se establece entre las personas con capacidades diferentes y el “jardín para la vida” que es todo biohuerto escolar le permitirán aprender “haciendo”, tal como se sucede siempre al interior del biohuerto escolar.
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