Había que preparar el espacio donde crecerían los plantones y así se hizo en esta escuela del distrito de Comas, norte de Lima.
Un taller dedicado específicamente a la preparación de los semilleros estuvo a cargo de Fidela Huanacune, responsable del «Área de creación de los biohuertos educativos» de Econtinuidad. Al taller le siguió el envío de un tutorial, donde se explicaba una vez más cada paso a seguir a fin de confeccionar los semilleros.
«Fidela nos precisó lo que teníamos que hacer para contar con ellos, había que usar tan solo los rollos de cartón donde va el papel higiénico», dice la profesora Edith Chinguel, a cargo de la sección de cuatro años de este pujante centro escolar. «Una manera muy práctica y efectiva de tener estos sitios donde sembrar y hacer crecer nuestras hortalizas y aromáticas», añade.
El objetivo que se fijó la profesora Edith y Econtinuidad era que las niñas y los niños de la sección de la profesora Edith participaran activa y creativamente en la elaboración de los semilleros. «Justamente es lo que se desea en nuestra escuela, pues de esa forma lo que sucede en el biohuerto se utiliza como recurso ecopedagógico en las diferentes áeas de aprendizaje», sostiene la profesora Chinguel.
«Los tubos de cartón del papel higiénico, objetos que, como se sabe, tienen como destino la basura, encuentra un nuevo uso en la marcha de este espacio consagrado a la naturaleza al dar vida a los semilleros donde crecerán los plantones de las hortalizas», sostiene Fidela Huanacune. «Recolectar los tubos de cartón no constituyó un gran problema, había que solicitarlos y la profesora Edith se hizo cargo de esta tarea», añade.
La actividad de aprendizaje llevada a cabo en la Institución Eduactiva Luis Enrique XVII se inscribe en la programación curricular correspondiente al año escolar iniciado a mediados del mes de marzo en el Perú. «Esta actividad esta incluida en mi programación con el título «Participemos en la organización del biohuerto escolar»; es una, como le he dicho a Fidela Huanacune, de las actividades que permiten enriquecer ecológicamente varias áreas de aprendizaje», sostiene la maestra.
De acuerdo a Sophie Dmitrieff, responsable del «Área del uso ecopedagógico del biohuerto educativo», todo biohuerto, desde el momento que comienza a ver la luz, esta es la prueba, puede ser utilizado como un recurso ecopedagógico en favor de una educación integral. «A partir de lo que se tiene que hacer para permitir que estos espacios consagrados a la naturaleza cobren vida, un relación de ida y vuelta se establece entre el biohuerto y el aula escolar, permitiendo que las aulas se abran aún más al mundo», sostiene.
«Al crear los semilleros donde crecerán los plantones de hortalizas, aromáticas y plantas medicinales, lo que sucede en el biohuerto de la Institución Educativa Luis Enrique XVII, influimos, haciendo sinergía, otras actividades ambientales de las instituciones educativas, en este caso las que tienen que ver con la reutilización de los rollos de papel higiénico, algo que iría a parar de golpe a la basura», precisa Sophie Dmitrieff.
Pronto los plantones de las hortalizas y armáticos, sostienen Edith Chinguel, Fidela Huanacune y Sophie Dmitrieff, crecerán en los semileros confeccionados por las niñas y los niños de tan solo cuatro año. Una razón, como se sostiene en Econtinuidad, para tener en el horizonte un mundo verde y sostenible.
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