El equipo de Econtinuidad secundó en las labores de mantenimiento de su Biohuerto Educativo a las profesoras y a un miembro del personal administrativo de este plantel ubicado al norte de la ciudad de Lima.
Era poco más de las 8 a.m. del miércoles 30 de octubre cuando el equipo de Econtinuidad, engrosado con la presencia de Sophie Dmitrieff y Francisco Huanacune, ambos fundadores de Econtinuidad, fue a dar a la sede de la Institución Educativa Inicial 376, centro escolar ubicado al norte de la ciudad de Lima, en el distrito de Comas.
“Será una visita corta, pero intensa”, dijo Rosaura Huanacune, responsable del área de Proyección Educativa de Econtinuidad Perú. Razones no le faltaron para haberlo dicho, pues desde el inicio de la visita dedicada a monitorear la marcha del Biohuerto Educativo implementado en este plantel de 35 años de vida institucional los miembros del equipo de Econtinuidad no se dieron respiro.
Hubo que capacitar a las profesoras en la manera de regar las parcelas del Biohuerto Educativo. “El trabajo de esta institución educativa con Econtinuidad se inició hace poco más de dieciséis meses, e junio de 2018 (…) El Proyecto Ambiental del Biohuerto Educativo y Áreas Verdes tenía un año de iniciado, nuestra presencia potenció el trabajo de los miembros de la comunidad educativa”, señala Rosaura Huanacune.
“Estamos muy agradecidos por el aporte de Econtinuidad en este proyecto”, dijo la profesora René Calle Calderón, directora de la IE 376 dirigiéndose a Sophie Dmitrieff, directora de Econtinuidad Perú. “La capacitación que recibimos por parte de Econtinuidad, por parte de Rosaura y Héctor, nos permite mejorar en el manejo y cuidado del Biohuerto Educativo, añadió.
Sophie Dmitrieff por su parte felicitó a la directora de la Institución Educativa 376 por los logros alcanzados en los 16 meses de trabajo conjunto con Econtinuidad. “Veo con agrado la forma en la que junto con nosotros acondicionamos las hortalizas que se cultivan orgánicamente en este Biohuerto Educativo que, tal como me ha dicho la directora, tiene unos cuarenta metros cuadrados de área”, señaló.
Los momentos dedicados al mantenimiento del Biohuerto Educativo, poco antes de que los niños hicieran su ingreso al jardín orgánico, la mañana de ese último miércoles de octubre, fueron de excepción. Todos los presentes disfrutaron, entre otras actividades, de la colocación del pabilo a fin de levantar y sostener los tomates para que las ramas puedan adecuadamente recibir la luz…
¡SÍGUENOS EN NUESTRA REDES SOCIALES!