Las parcelas de cajones que componen el Biohuerto Educativo de la IEI Santa Luzmila lucín hermosas ese 12 de julio de 2018.
El equipo de Econtinuidad, a mediados de julio de 2018, fue a ver cómo lucían las numerosas parcelas en cajonas que componen el Biohuerto Educativo de la Institución Educativa Inicial Sant Luzmila.
La visita constituyó una agradable experiencia para los miembros del equipo de nuestra asociación que se dieron cita esa mañana del 12 de julio a esta escuela localizada en la avenida Universitaria, Urbanización Santa Luzmila, distrito de Comas, en el norte de la ciudad de Lima
“Se ven esplendorosas, llenas de unas hortalizas verdes y de otros colores que le llenan la vista a una, fue en realidad una visita de despedida que nunca olvidaré”, dijo Svenja Von Riegen, voluntaria alemana que se encontraba por esos días en las postrimerías de su estadía en el Perú.
“La propuesta de Econtinuidad ha, como se dice en español, echado raíces profundas, eso se ve puede leer en la expresión del rostro de los niños y profesores, quienes siempre se dan tiempo para darse una vuelta por este singular Biohuerto Educativo”, añadió la joven alemana.
A Svenja Von Riegen no le faltaron razones para decir lo que dijo una vez de regerso a la sede institucional de Econtinuidad, ubicada en el distrito de Chorrillos, en Lima: “El Biohuerto Educativo, además de bello, es muy funcional desde el punto de vista del desplazamiento de los niños”, señala Sophie Dmitrieff, fundadora de Econtinuidad.
“El biohuerto de la Institución Educativa Inicial Sant Luzmila es un claro ejemplo de la forma en la que las doce funciones de este jardín orgánico pueden favorecer a las escuelas y a los niños que asisten a estas”, precisó Sophie Dmitrieff.
Aquella mañana de ese segundo jueves de julio de 2018, Svenja Von Riegen, antes de retirarse de la IEI Santa luzmil, degustó una porción de un delicioso pastel preparado con el calabacín que hía crecido en el Biohuerto Educativo.
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