«Caleth Francia, amigo de Econtinuidad»
Fotografía tomada en París, Francia.
Si creí que dedicaría los cuatro días de mi primera visita a París al turismo, no conté con todo lo que tiene que ver con los Biohuertos Educativos.
Además de visitar “L’Opéra Garnier”, “Le Petit Palais”, el Museo de Louvre, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, desde fuera la Catedral de Notre Dame, le dediqué unos buenos momentos al Biohuerto Educativo.
A ese espacio, como dice Sophie Dmitrieff, mi anfitriona y guía durante estos días de mi primera estadía parisina, que en Econtinuidad, pero no solo en ella, llaman una “naturaleza en miniatura”. Un lugar que existe porque un grupo de personas ha querido que esto sea así, pues de otra manera no podría existir.
Conversando con Sophie Dmitrieff, fundadora de Econtinuidad, y con Francisco Huanacune, su esposo, he podido en estos días de un calurosísimo París darme cuenta aún más del enorme potencial del Biohuerto Educativo cuando, como dice Sophie Dmitrieff, los miembros de la comunidad educativa le abren las puertas de la escuela.
Entiendo mejor todo lo que el Biohuerto Educativo podría hacer de bien en las escuelas del distrito de Comas, lugar en el que nací y regresaré a vivir una vez que mi primera estadía europea haya concluido. Un distrito del norte de Lima en el que Econtinuidad está presente desde hace varios años en un buen número de escuelas.
Como sucede en la escuela Suecia de Año Nuevo, donde hay un Biohuerto no cubierto por plástico como los que hay en la sierra del Perú, un biohuerto grande, en el que cada año se cultivan y cosechan buen número de hortalizas que sirven luego para preparar platos bio-orgánicos y ensaladas. Mucho de lo que todo ser humano, en especial los niños y adolescentes que el colegio Suecia de Año Nuevo, necesita para desarrollarse en un buen estado de salud.
El Biohuerto Educativo y sus doce funciones, lo puedo decir a pocas horas de dejar la bella ciudad de París, es un tema que me ha enriquecido no solo desde el punto de vista del conocimiento, también desde el emocional, pues la causa a la que obedece su existencia es desde ahora la mia, porque yo creo que no puede haber cambio en la relación entre el ser humano y la naturaleza si este no toma conciencia de lo que está sucediendo debido a su relación con la naturaleza.
Estoy convencido que las doce funciones de todo Biohuerto Educativo, o “los caminos que el Biohuerto Educativo brinda a la persona que se pone en relación con él”, como señalan Sophie Dmitrieff y Francisco Huanacune, es lo que hace que los Biohuertos Educativos de Econtinuidad marquen la diferencia. Hay que explotar más y más este potencial.
De lo que se trata es que el Biohuerto Educativo enriquezca ecológicamente el saber que se imparte en las aulas de todo nivel educativo y que permita ver, como sucede en la escuela Suecia de Año Nuevo, como puede mejorar la alimentación de niños y adolescentes. El Biohuerto Educativo está solo comenzando, tiene mucho que dar aún…
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Caleth Francia, autor de esta nota, realiza una pasantía de un año de duración en Alemania.
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septiembre, 2022