ESCRÍBENOS UN EMAIL A: contacto@econtinuidad.org

La función relacional del Biohuerto Educativo

agosto, 2019

“La grandeza de un oficio radica ante todo en servir para unir a los hombres”, dijo el escritor francés Antoine de Saint Exupéry. A través de la función relacional, eso es justamente algo de lo que puede hacer el Biohuerto Educativo.

Quien ingresa al universo sistémico del Biohuerto Educativo, de golpe, se halla inmerso en un mundo donde la relación entre las especies que habitan en esta “naturaleza en miniatura” le revela una dinámica basada en cierta forma de armonía.

En el seno del Biohuerto Educativo las especies se asocian, se complementan y no compiten entre ellas. Viven y se reproducen en el marco de un equilibrio dinámico y estable, al igual que lo que sucede en la mayoría de casos en la gran naturaleza: la labor de quienes se ocupan del manejo y cuidado de este “jardín para la vida” lo garantiza.  

Todo un abanico de enriquecedoras experiencias a nivel relacional salta a la vista y nos brinda un ejemplo digno de emular a la hora de relacionarnos para empezar con el organismo vivo que es el Biohuerto Educativo.

Para comenzar con las diversas especies de hortalizas, plantas aromáticas y medicinales que se cultivan en este “jardín para la vida”. Enseguida con nosotros mismos mientras avanzamos por los caminos de una sutil introspección. Y con nuestros semejantes tanto al interior del Biohuerto Educativo, como en el seno la escuela que le ha abierto sus puertas a esta “naturaleza en miniatura”.

Y también en el campo de la relación de género. Pues las diferentes labores –agrícolas, artísticas, cognitivas, entre otras- que se llevan a cabo en esta “naturaleza en miniatura” pueden ser compartidas y potenciadas gracias a la acción conjunta de hombres y mujeres, sin que para ello sacrifiquen sus formas específicas de pensar, sentir y actuar.

Conviene también subrayar el reforzamiento de la relación entre los alumnos y sus padres. Pues, tal como sucede, por citar un ejemplo, en las instituciones educativas de las comunidades altoandinas del Cusco, muchos de los alumnos replican en sus hogares la enriquecedora experiencia relacional que tiene lugar en el seno del Biohuerto Educativo.

La propuesta de Econtinuidad no tiene tan solo como objetivo reforzar la relación al interior de las familias que participan en la dinámica del Biohuerto Educativo, sino también contribuir en el fortalecimiento de la relación de las familias que conforman la comunidad. Mejorando de esa forma la dinámica relacional de la vida comunitaria.

A nivel relacional también podemos decir que gracias a la organización de los talleres Escuela-Comunidad que gira en torno al Biohuerto Educativo, la distancia que separa a los profesores con los miembros de la comunidad se acorta. Se deja atrás en muchos casos la mutua incomprensión, la desconfianza, la falta de colaboración y las fricciones que tanto daño causan a la población en su conjunto.

A partir de la experiencia de campo de Econtinuidad a lo largo de las últimas dos décadas, podemos decir también que en la mayoría de las comunidades altoandinas en las que un Biohuerto Educativo está presente una mejora en las relaciones comunitarias se produce. Y cuando esto no sucede, al menos la dinamizadora presencia del Biohuerto Educativo desencadena un proceso saludable de reflexión sobre la forma de reforzar y mejorar las relaciones existentes.

La función relacional del Biohuerto Educativo constituye pues todo un universo por prospectar en aras de crear una relación armoniosa con la naturaleza y entre los seres humanos.

¡SI TE GUSTÓ, DIFUNDE ESTE ARTÍCULO!

¡SÍGUENOS EN NUESTRA REDES SOCIALES!

ES PE