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La función organizacional del Biohuerto Educativo

agosto, 2019

A través de su función organizacional, el Biohuerto Educativo nos estimula e invita a pensar sobre las prioridades implícitas en el quehacer de este espacio creado por las manos del hombre.

Determinar pues lo que es esencial; es decir separar lo que viene primero de aquello que puede esperar o tiene que ser evitado en el seno del Biohuerto Educativo, es un hecho de la mayor importancia a la hora de ocuparse del manejo y cuidado de este “jardín para la vida”.

El Biohuerto Educativo nos confronta así a una tarea orientada a sistematizar nuestras labores en función de la dinámica de vida de esta “naturaleza en miniatura”. Los pasos que debemos dar en el marco de la relación que se ha establecido con el Biohuerto Educativo debe permitir que la vida fluya naturalmente.

De tal forma que el proceso de cultivo se realice de manera armoniosa y se traduzca en cosechas variadas y abundantes que enriquezcan cotidianamente los alimentos que se compartirán a la hora del almuerzo en los comedores educativos. Garantizándonos asimismo el acceso a un conocimiento para la vida gracias, no está demás reiterarlo, al hecho de contar con una buena organización a la hora de experimentar nuestra relación con el Biohuerto Educativo.

La función organizacional exige, por citar un ejemplo, de parte de quienes se ocupan del manejo y cuidado del Biohuerto Educativo la planificación adecuada de las asociaciones y rotaciones de cultivos que se suceden a lo largo del tiempo a fin de desarrollar una agricultura orgánica y sostenible. Es decir, la agroecológica.

Una agricultura que solicita mayores niveles de organización en comparación a los requerimientos de la agricultura convencional. En esta última las máquinas, los abonos químicos, insecticidas, fungicidas y herbicidas remplazan en gran parte a la labor humana que consiste en el marco de la agricultura orgánica en mantener un equilibrio entre todos los componentes de esta “naturaleza en miniatura”.

Sentaremos esta manera la base de una calendarización de los acontecimientos. Es decir, el fundamento de un método orientado a concatenar el flujo de actividades que se producen en el interior del Biohuerto Educativo. Nace pues una agenda ecopedagógica susceptible de ser estructurada gracias al simple hecho que consiste en anotar en función del tiempo cada uno de los eventos.

La planificación de las actividades en el Biohuerto Educativo, resulta evidente, se torna necesaria desde el momento mismo de la concepción de este jardín orgánico. Pues de lo que se trata es que las actividades se lleven a cabo siguiendo el ritmo de las estaciones del año y encuentren, en el momento debido, el lugar que les corresponde para realizarse en este “jardín para la vida”.

La función organizacional del Biohuerto Educativo es pues la que determina la cadencia de ejecución de las actividades que tienen lugar en este jardín biológico.

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