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La función pedagógica del Biohuerto Educativo

agosto, 2019

Pedagogo era en la Grecia clásica, recuerda Sophie Dmitrieff cuando se refería a la función pedagógica del Biohuerto Educativo (1), el esclavo que acompañaba al niño a la escuela y en el camino de regreso le recordaba las enseñanzas que sus maestros le habían impartido.

Pues bien, una vez que se ha ganado un espacio en la escuela de nivel inicial, primario o secundario que le ha abierto las puertas, la “naturaleza en miniatura” que es todo Biohuerto Educativo se comporta como todo un pedagogo.

Conduce a los niños y adolescentes que entran en relación con él por el camino de un conocimiento para la vida: un saber que les permitirá transformar la relación entre ellos y la naturaleza a fin de que surja una relación de un nuevo tipo, digna de un ser humano.

Lo que venimos de señalar sucede exactamente como consecuencia de la  existencia de la función pedagógica de todo Biohuerto Educativo. Es decir, la capacidad de accionar o funcionar de todo Biohuerto Educativo que se refleja en la manera en la que su presencia vital y dinámica enriquece las diversas disciplinas y campos de saber que se imparten en las escuelas.

Algo que el Biohuerto Educativo, una vez en pleno funcionamiento, puede llevar a cabo de dos maneras. Ya sea a través de un área de estudio que esté relacionada con él: “El Biohuerto Educativo», por ejemplo. Ya sea mediante la proyección transversal del Biohuerto Educativo hacia todas las disciplinas que conforman la currícula escolar.

Así, por dar un ejemplo, en el área de lenguaje, la existencia del Biohuerto Educativo apela a la movilización de un amplio y preciso vocabulario con miras a describir la dinámica de la cadena de vida al interior de este “jardín para la vida”.  Nombrar y describir a las diferentes variedades de hortalizas y plantas aromáticas apela a un uso vital del lenguaje.

Hechos generadores de discursos; es decir, de enunciados que le permiten al niño o adolescente a partir de las experiencias suscitadas en su relación con el Biohuerto Educativo expresar de forma escrita u oral pensamientos, razonamientos, sentimientos o deseos que enriquecerán a él y a quienes recepcionan los discursos.

La geografía, por citar otra materia de la currícula escolar, encuentra también un lugar de privilegio en el saber que se imparte en las aulas y que puede ser enriquecido por la presencia del Biohuerto Educativo: sobre todo cuándo se trata de situar el origen de las diferentes variedades de hortalizas y plantas aromáticas. O cuando el profesor sitúa y describe la localidad donde se halla ubicada la escuela que le ha abierto las puertas al Biohuerto Educativo…

Lo mismo puede suceder con las matemáticas como consecuencia de la sinérgica presencia del Biohuerto Educativo: en este escenario, el maestro, inspirándose en la dinámica de vida que tiene lugar en el interior del Biohuerto Educativo, puede proponer problemas con miras a estimular el razonamiento matemático en los niños y adolescentes.

El Biohuerto Educativo es un lugar, no cabe duda, de infinitas posibilidades por prospectar desde el punto de vista de la pedagogía.

(1) Sophie DMITRIEFF, Los Biohuertos Educativos: una historia de amor entre el ser humano y la naturaleza, Evisto, 2010, pág. 18.

(2) La materia de “Geografía” está incluida en la materia “Personal y Social” en la currícula escolar peruana.

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