La función comunicacional del Biohuerto Educativo

La comunicación es un ejercicio natural para todo aquel que entra en relación con un Biohuerto Educativo. La función comunicacional de estos “jardines para la vida” estimula a compartir la multiplicidad de eventos que tienen lugar al interior de estas “naturalezas en miniatura”. 

En un Biohuerto Educativo, a diario, uno puede ser testigo del cambio permanente que se produce: una flor que surge delicadamente a partir de la yema que la cobija, una plántula que recién ha brotado. O una hortaliza, madura, lista por ende para cosechar, en fin, un cúmulo de eventos para poner en común de los demás.

¿Cómo no compartir pues con los demás esa dinámica de vida que uno puede visualizar y sentir en el interior del Biohuerto Educativo? No causa sorpresa escuchar decir a maestros que los niños o adolescentes, en sus hogares o en la misma escuela, comparten con mucho entusiasmo las vivencias suscitadas a partir de la relación que han establecido con el Biohuerto Educativo.  

Y no nos referimos simple y llanamente a los buenos eventos, como es la siempre esperada cosecha de una deliciosa lechuga, sino también a los que a primera vista pueden suscitar cierto rechazo en no pocas personas. El hecho de dar a conocer la invasión de los conocidos y temidos pulgones; una presencia, no está demás decirlo, que pone en peligro la vida de muchas leguminosas y hortalizas. Llegando incluso, no pocas veces, a poner en cuestión la viabilidad del Biohuerto Educativo.

En tal sentido, es importante señalar que la comunicación generada a partir de la relación con el Biohuerto Educativo no se circunscribe tan solo en dar a conocer los resultados de la dinámica de vida de esta naturaleza creada por la mano del hombre: es también una vía que ofrece la oportunidad de compartir información a fin de reflexionar y encontrar en forma conjunta solución a los problemas relacionados que nunca faltan en el Biohuerto Educativo. 

Pues en el marco de un ejercicio de comunicación como son los talleres técnicos y pedagógicos que se llevan a cabo con una frecuencia bimensual a lo largo del año escolar, aunque no solo en este contexto, en más de una oportunidad  se han encontrado soluciones a problemas específicos que confrontan los profesores. Por ejemplo, compartiendo información detallada sobre una plaga de los llamados pulgones se halló, comunicando, como solución sembrar las capuchinas alrededor de las legumbres y hortalizas afectadas. ¡He ahí una feliz asociación lograda gracias a la comunicación!

A la hora de comunicar, no está por demás señalar que para compartir información y conocimientos en el mundo digitalizado de nuestros días, si bien es cierto que siempre se puede seguir haciendo uso de los afiches que se confeccionan con una hoja de papel, unos cuantos plumones y algo que nunca falta, sobre todo en los niños y adolescentes, la imaginación, también podemos transmitir, compartir, en tiempo prácticamente real, lo que sucede en el seno del Biohuerto Educativo. Las aplicaciones de  mensajería instantáneas, como el WhatsApp, pueden constituirse en una herramienta de la mayor utilidad.

En el mismo sentido, la existencia de portales como el de www.econtinuidad.org y los perfiles en redes sociales (Facebook e Instagram, por ejemplo), constituyen la prueba fehaciente del potencial de comunicación que podemos poner al servicio, en el caso de Econtinuidad, de los eventos que se llevan a cabo anualmente como consecuencia de la presencia del Biohuerto Educativo en un número creciente de escuelas peruanas. Antes del inicio del año escolar, en el curso del mes de febrero: Biohuertizándonos con Econtinuidad. Y a finales del año escolar, a finales del mes de noviembre: Biohuertizando las escuelas.

Podemos afirmar pues que la capacidad del Biohuerto Educativo para estimular la comunicación constituye todo un universo por prospectar a fin de poner a estas “naturalezas en miniatura” en el sitial de vanguardia que les corresponde en términos comunicacionales: siempre al servicio del mayor número de personas…