La relación entre el profesor Rivera Ascarza y el Biohuerto Educativo se inició hace dos años, durará, como él dice «toda la vida».
“Es increíble ver como los niños entran en relación con las plantas, ver la forma en la que observan el crecimiento de las hortalizas que se cultivan en el Biohuerto Educativo, la manera en la que se desplazan al interior del biohuerto utilizando los caminos, el respeto con el que interactúan con la naturaleza”, nos dice el profesor Enrique Rivera Ascarza acerca de la relación entre los niños y el Biohuerto Educativo de la Institución Educativa Virgen del Pilar, localizada en el Callao.
Para este profesor de Educación Primaria, egresado de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Federico Villarreal, las experiencias de los niños en el Biohuerto es algo que estará presente a lo largo de sus existencias. “Estas vivencias constituyen temas para toda la vida de estos niños, es algo que los marca, lo llevarán siempre consigo, se lo digo con conocimiento de causa”, nos señala.
“La escuela es un lugar de permanente prospección a fin de mejorar la enseñanza de los educandos, no hay límite para que esto suceda día a día en el aula escolar y, desde hace dos años con la presencia del Biohuerto Educativo a cielo abierto en la Virgen del Pilar, en este jardín orgánico”, precisa el profesor Rivera Ascarza. “Tan solo el seguimiento del cultivo de una hortaliza como la lechuga puede servir para enriquecer muchísimo el contenido de las enseñanzas para los niños”, nos dice.
El profesor Enrique Rivera Ascarza lleva trabajando alrededor de quince años en esta institución educativa chalaca. “Me integré en el año 2005, hace casi nada”, dice dejando escapar una sonrisa este profesional en el sector del sector Educación que entre 2011 y 2012 realizó estudios de Maestría en Educación Ambiental en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta.
“En la Institución Educativa Virgen del Pilar siento que estoy creando sinergia educativa a partir de la dinámica de vida en el biohuerto (…) Es un excelente momento, pues el director de la escuela, Luis Enrique Cáceres Taco, hace que esto sea posible al estimular el trabajo conjunto de los miembros de la comunidad educativa”, señala entusiasmado el profesor Rivera Ascarza.
El profesor Rivera Escarza es un convencido que la mejor manera de encarar a los problemas medioambientales es atacando la raíz del todos estos males: “Hay que permitirle a las personas de que se relacionen en una manera diferente con la naturaleza, es ahí donde el Biohuerto Educativo puede jugar un rol de la mayor importancia, pues da la posibilidad de que la relación con la naturaleza sea de un tipo diferente, como dicen “en favor de la vida”, eso es muy bueno”.
“Lo que sucede con los alumnos de la Virgen del Pilar es un caso palpable, pone evidencia el rol transformador del biohuerto (…) Los niños de esta escuela de Primaria, acercándose al Biohuerto Educativo, se relacionan en una forma diferente con la naturaleza y adquieren un conocimiento vivo, convirtiéndose en actores de su propio aprendizaje en esta educación de tipo vivencial, es algo muy positivo”, dice convencido este padre de dos hijos Raquel y Enrique, amantes como él de la naturaleza.
En este año 2020 el profesor Enrique Rivera Ascarza se hará cargo de la sección B del 5to grado, en el turno de la tarde y continuará, como él señala con entusiasmo, su labor en favor de la vida. “Pues en esta aula, al igual que en las otras 18 de la Virgen del Pilar, hay niños que actúan como líderes en lo que respecta a la relación con el biohuerto e impulsan a los demás a relacionarse en una forma diferente con la naturaleza”.
No cabe duda, eso es lo que continuará haciendo durante el 2020 este maestro originario de la provincia de Cora Coral, un “econtinuador” de probada valía.
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