Mathilde de Maizière: «Quería participar en un proyecto relacionado con la naturaleza»

noviembre, 2019

«La acción de Econtinuidad se inscribía en lo que yo deseaba y aquí me tienen”, dice esta entusiasta joven alemana.

“Yo quería venir a Perú”, es lo primero que me dijo Mathilde de Maizière, joven alemana de 18 años, quien desde principios de septiembre de este año se encuentra realizando tareas de voluntariado en Econtinuidad.

Para esta joven nacida en Berlín, España no estaba lo suficientemente lejos de casa como para practicar como ella deseaba la lengua de Cervantes cuyo aprendizaje inició hace cosa de 12 años, cuando tenía tan solo 6 años de edad.

Hacer uso de sus manos, el contacto con la tierra, gusta a Mathilde de Maizière, una de las dos voluntarias alemanas de Econtinuidad.

“¿Sabes?, el viaje a Perú se presentaba también como una oportunidad para practicar esta bella lengua en una sociedad cuya cultura era diferente a la europea (…) Perfeccionar mi español a miles de kilómetros de Alemania era una excelente oportunidad”, me dice Mathilde.

“Una amiga me puso al tanto sobre el programa del gobierno federal de mi país que tiene líneas de ayuda para los jóvenes que desean tener una experiencia de un año en el exterior (…) Me acogí al programa y todo se encamino por la vía deseada”, señala Mathilde, quien no hace mucho, al concluir la educación secundaria, ha obtenido el diploma de Bachiller (Matemáticas y Geografía).

«Me gusta trabajar con los niños», dice Mathilde refiriéndose a las actividades que prefiere en el marco del voluntariado en nuestra asociación.

La posibilidad de una experiencia como voluntaria en Econtinuidad se presentó, señala Mathilde, como algo que se inscribía en lo que ella deseaba hacer desde hace mucho. “Quería participar en un proyecto relacionado con la naturaleza, la acción de Econtinuidad se inscribía en lo que yo deseaba y aquí me tienen”, precisa entusiasmada por la labor que realiza en el marco de su voluntariado.

“Me encantan las montañas, la naturaleza, el contacto con la tierra (…) Yo quería hacer algo con mis manos, por eso lo de Ecoselva y Econtinuidad me ha caído muy bien (…) El trabajo en los biohuertos educativos, los colores en su interior, las hortalizas, el contacto con los niños y adolescentes, todo eso y más me gusta y me motiva”, señala entusiasmada Mathilde.

Apoyar activamente en la proyección del Biohuerto Educativo hacia el aula escolar ocupa también el tiempo como voluntaria de esta joven germana.

Mathilde, amante de las acelgas y de las tortillas que tienen a esta hortaliza como su principal ingrediente, comenzó a interesarse en el Perú estimulada sobre todo por una hermana de ella. “La influencia de mi hermana ha sido importante, por ella me incliné por este bello país”, me dice Mathilde refiriéndose a su hermana que vendrá en el próximo mes de enero, entre otras cosas, para visitarla”.

Regar las parcelas del Biohuerto Educativo es una de las labores que ocupan el tiempo deMathilde como voluntaria de Econtinuidad.

“Me siento contenta en la casa de la familia que nos ha acogido en el distrito de Comas, paso momentos agradables en casa de esta amable familia que nos hospeda en Lima”, dice Mathilde, quien se encuentra iniciando su tercer mes de estadía en tierra peruana. “Tierra a la que -dice ella-, una vez que concluya el voluntariado, con el paso del tiempo, volveré”.

Mathilde de Maizière, al igual que Laetitia Reim, desarrolla su voluntariado (septiembre 2019 – agosto 2020) en las instituciones educativas de Santa Luzmila (Inicial) y San Carlos (Primaria), localizadas en el popular y pujante distrito de Comas, al norte de Lima.