Los biohuertos familiares multiplican su número en medio de la pandemia
octubre, 2020
A nivel de los hogares de los alumnos de las instituciones que cuentan con un biohuerto educativo implementado con el apoyo de Econtinuidad. Pero no solo eso…
El receso de los espacios escolares decretado por las autoridades peruanas a fin de encarar el avance frenético del virus SARS CoV-2, causante del Covid-19, marca el inicio de una nueva etapa en la acción de campo de Econtinuidad.
Nuestra organización inició una nueva línea de acción, la creación de los biohuertos en los hogares de los alumnos de las instituciones educativas en las que Econtinuidad está presente. Ante el receso de los espacios consagrados a la naturaleza al interior de las escuelas, la alternativa es la creación de los biohuertos familiares.
El biohuerto familiar de los profesores Sofía Rivera y Richard Montes, docentes de la Institución Educativa Suecia de Año Nuevo y de la Institución Educativa Augusto Salazar Bondy respectivamente, ambas ubicadas en el distrito de Comas, norte de Lima.
«Un biohuerto familiar, como todo biohuerto, no tiene un tamaño preestablecido, tampoco una forma (…) Puede ocupar un espacio en la azotea, en el balcón, en diferentes lugares de la vivienda (…) Y puede estar compuesto por macetas, jardineras o parcelas, o una combinación de estas», dice Sophie Dmitrieff, fundadora de Econtinuidad.
«Como muestran un gran número de los que han surgido en Lima, Cusco y Callao, en el Perú, así como en ciudades de países como Argentina, Colombia, Francia y España, un biohuerto familiar puede ver la luz en un espacio muy reducido y como consecuencia del simple uso de material reciclado», añade Sophie Dmitrieff.
Un biohuerto familiar de uno de los alumnos de la profesora Elizabeth Vergara Salazar, tutora de la sección A del 5to grado de Primaria de la Institución Educativa República de Cuba.
Del mismo parecer es Fidela Huanacune, presidente de Econtinuidad España, para quien, además de impulsar los biohuertos en los hogares de los alumnos de las escuelas que cuentan con un biohuerto implementado por Econtinuidad, hay que impulsar la creación de los biohuertos familiares en todos los hogares.
«Hay que mostrar a todos el potencial educativo de la propuesta ecopedagógica de Econtinuidad que gira en torno al biohuerto educativo y a las doce funciones (*) que estos traen consigo (…) Multiplicar el número de biohuertos familiares es una de las formas para lograr que esto sea posible», añade Fidela Huanacune.
Poco más de seis meses después de haber dado inicio a la línea de acción de los biohuertos familiares, que ha abierto las puertas a otra forma de validación de la propuesta ecopedagógica de Econtinuidad, podemos afirmar que esta es una vía con un gran potencial si de lo que se trata es coadyuvar en el proceso de transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
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(*) Doce son las funciones identificadas por Econtinuidad: agroecológica, organizacional, nutricional, terapéutica, creativa, artística, ética, relacional, cognitiva, pedagógica, comunicacional y cultural.
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GALERIA DE IMAGENES
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BIOHUERTOS FAMILIARES
Nivel inicial
Los biohuertos familiares, no cabe duda, se multiplican. Uno de ellos es el de la familia Rosales Aldaz. La pequeña Kiara, alumna de nuestra amiga Fabiola Rivera Chavez, profesora del aula Cisnes de la Institución Educativa de nivel Inicial Santa Luzmila (Comas, Lima), de tan solo cuatro años, se ocupa de cada una de las macetas que componen su biohuerto.
Otro biohuerto familiar, el de la pequeña Estrella, alumna del aula Cisnes de la Institución Educativa de nivel Inicial Santa Luzmila (Comas, Lima).
El pequeño Laszlo, de tan solo cinco años, apoyado por su abuela, nuestra amiga Isabel Rosas Jahn, se ocupa cotidianamente de su biohuerto familiar.
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Nivel primaria
Agenor, hijo menor de nuestra amiga Ursula Jaén Astete, profesora de la Institución Educativa Justo Barrionuevo Alvarez del distrito de Oropesa, provincia Quispicanchi, región Cusco, ha tomado las riendas del manejo del biohuerto que gana espacio en su hogar del distrito de San Jerónimo, en la provincia del Cusco.
Desde el distrito de Comas, en Lima, Azucena Linares Soplin, tutora de la sección B del 5to grado de la Institución Educativa República de Cuba, nos hizo legar esta imagen del biohuerto del hogar de la familia Camacho Rojas. Richard nos muestra una maceta de material reciclado en la que cultiva unas plantas de cebolla china.
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Nivel secundaria
Un biohuerto que ve la luz en el seno de un hogar no tiene un tamaño ni una forma predeterminada, tal como sucede con el biohuerto de este alumno de nivel secundaria de la Institución Educativa San Carlos del distrito de Comas, en Lima.
La experiencia del biohuerto en un hogar empieza con una maceta acondicionada a partir de material reciclado y con un poco de tierra agrícola. Es el caso de Ricardo, alumno de Yolanda Zamudio, profesora de primer año de nivel Secundaria de la Institución Educativa San Carlos.
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Profesores
La profesora Leonor Tecsuripaylla, esposa del profesot Ronald del Pozo, en plena labores de cosecha de lechugas agroecológicamente cultivadas en el biohuerto que se ha ganado un espacio de expectativa en su hogar.
Filiberto Llavilla Paucar, profesor en el área de Ciencias sociales, en plena faena en su biohuerto familiar. Hace uso de un lavador en desuso para los almácigos de lechuga y cultiva repollo corazón.