El biohuerto escolar de una escuela en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca ‘Arequipa, Perú) fue el primer proyecto en favor de una relación armoniosa entre el ser humano y la naturaleza apoyado por Econtinuidad.
Participar en el proceso de transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza es la tarea que Econtinudad lleva a cabo, con tesón, desde el momento que vió la luz hace dos décadas.
Es lo que hemos hecho, a pesar de todas las dificultades, durante este singular 2020. Es lo que continuaremos haciendo el 2021 que aproxima: impulsando el mantenimiento y la creación de biohuertos por doquier (escuelas, familias, comunidad).
Dando a conocer el potencial ecopedagógico de todo biohuerto, cualquiera sea su forma y tamaño, contribuyendo a sentar las bases de un mundo verde y sostenible.
Haciendo saber que todo biohuerto, más allá del tamaño y la forma que adopte, trae consigo un cúmulo de funciones (*) o capacidades de estimular a quien o a quienes entran en relación con él, conduciéndolo(s) sutilmente por el camino de un conocimiento en favor de la vida: es decir, educándolos.
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(*) Doce son las funciones o capacidades de estimular a quienes entran en relación con él que todo biohuerto trae consigo: agroecológica, organizacional, nutricional, terapéutica, creativa, artística, ética, relacional, cognitiva, pedagógica, comunicacional y cultural.
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