A las labores de limpieza del espacio que el profesor Ronal del Pozo le asignó a su biohuerto familiar le siguió la de la preparación del suelo.
Había que ganarle tiempo al tiempo, así lo hizo el profesor Ronald del Pozo, docente de nivel Primaria de la Institución Educativa Inca Ripaq del poblado de Ccorao, distrito de San Sebastian, provincia de Cusco. La limpieza había quedado atrás, había llegado la hora de la preparación del suelo de su biohuerto familiar.
Echando mano de guano de corral y contando con la valiosa participación de su esposa, la profesora Leonor Tecsuripaylla, maestra de la Institución Educativa Unidocente Ccorimarca, el profesor Ronald procedió a la preparación y enriquecimiento de este biohuerto familiar que dará mucho y bien que hablar no solo en la región Cusco.
Guano y tierra fértil fueron añadidos al suelo de las dos grandes parcelas en las horas de trabajo que le fueron consagradas a este «jardín en pro de la vida»: llamado a convertirse en un ejemplo digno de emular por quienes desean, más allá del tamaño y la forma que adopte el biohuerto familiar, contar con uno en su hogar.
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