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El biohuerto familiar de la familia Villa Macasana, en Huarochirí

mayo, 2023

La hora de la cosecha se aproxima en este espacio consagrado a la naturaleza, en un rincón de la provincia de Huarochirí, en el departamento de Lima.

«La parcela del biohuerto va a tener doce metros de área, no está nada mal para empezar», le dijo Gladys Macasana a Fidela Huanacune, responsable del área de implementación del biohuerto en Econtinuidad. «Nada mal», respondió Fid,ela entusiasmada al enterarse de la buena nueva. 

Desde el momento que Gladys Macasana Conopuma, de 63 años, y Walther Villa Manta, de 65 años, decidieron dar vida a este espacio consagrado a la naturaleza muchos hechos de la mayor importancia se han suscitado a fin de que el biohuerto sea realidad. 

Gladys Macasana Conopuma participa activamente en el manejo del biohuerto familiar.

Para empezar, prepararon la tierra de la docena de metros cuadrados que le habían asignado al biohuerto en el seno de su hogar, ubicado en la localidad de San Lorenzo de Quinti, uno de los 32 distritos de la provincia de Huarochirí, en las alturas del departamento de Lima. 

«Todos los miembros de mi familia se ocupan del biohuerto, no solo nosotros, pues todos creemos en este proyecto», dice Walther Villa Manta. Los hechos dan fe de lo que él sostiene, pues Lizbeth Villa Macazana, el esposo de ésta, Javier Manta Angeles, y el hijo de la pareja, Gael, de tan solo 10 años, se turnan en el manejo del biohuerto. 

La tierra fue preparada por todos los miembros de esta pujante familia.

No solo todos los miembros de la familia participaron en la limpieza del lugar, sino también en el abonamiento, un proceso en el que utilizaron un estiércol a base de excremento de vaca. «Un estiércol que la mayor parte de las familias de esa parte de Huarochirí utilizan a fin de enriquecer la tierra de los biohuertos familiares», nos dice Fidela Huanacune. 

«Al mismo tiempo que preparaban la tierra, los cinco se pusieron manos a las obra para preparar los plantones de la hortalizas que crecerían luego en el biohuerto», nos dice Fidela Huanacune, feliz de ver la manera en la que esta pequeña gran familia se ha movilizado a fin de que su biohuerto vea plenamente la luz. 

Los plantones de hortalizas fueron transplantados hacia finales del mes de marzo.

De manera que para mediadosde marzo de este año, esta familia huarochirana ya tenía todo listo para llevar a cabo los trasplantes. «Plantones de acelgas, lechugas, nabos, betarragas, brócolis, caléndulas, albahacas y perejil fueron trasplantados en la forma debido y regados con el cuidado debido a fin de que crezcan en el biohuerto familiar», nos dice Fidela Huanacune. 

«El cultivo de las hortalizas y aromáticas se está llevando a cabo como se debe, no hay contratiempos en esto. Por lo demás, contamos con el sostén de la señora Fidela, miembro de Econtinuidad, quien nos apoya con su saber desde donde se encuentra. Muchas gracias por esto», dice nuestra amiga Gladys Macasana.

Las hortalizas y las aromáticas han encontrado el espacio ideal para desarrollarse.

A mediados de este mes de mayo, los cinco miembros de esta familia del distrito de San Lorenzo de Quinti ven acercarse, plenos de optimismo, el momento del premio a sus esfuerzos: la cosecha de hortalizas y aromáticas agroecológicamente cultivadas en su biohuerto familiar.

«La naturaleza, por pequeña que esta sea, es generosa, muy generosa, con quienes desean establecer una relación armoniosa con ella», nos dice Fidela. «El biohuerto, un espacio al servicio de la educación, ofrece su potencial ecopedagógico a fin de que esta relación se construya con fliudez y contundencia», añade. Amparada al hacerlo en la razón, no cabe duda, de la vida.

El momento de la cosecha pronto llegará para el biohuerto familiar de los Villa Macasana.

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