La pareja ha comenzado sembrando dos especies de pimiento y dos de lechuga, pronto seguirán otras, muchas otras más.
Desde Tenerife, una de las siete islas del archipielago de las Islas Canarias, a unos mil quinientos kilómetros de la península Ibérica pero muy cerca del desierto del Sahara, Christian Manz y Aurora Perales comparten, además de bellas imágenes, su experiencia con su biohuerto familiar.
Para empezar, nos hacen saber que la falta de espacio no constituyó un impedimento. «Puesto que en casa no tenemos mucho terreno para plantar, ambientamos terrazas grandes en los cuatro puntos cardinales, aparte de flores u otras plantas de climas tropicales y subtropicales», señalan.
«Nuestras huertas está conformada por bancales, a veces de dificil acceso por lo empinadas que están… Como sucede en muchas partes de esta isla de origen volcánico, podemos cosechar cuatro veces al año», dicen Christian y Aurora, poniéndo énfasis en la generosidad de estas latitudes.
En estos días de confinamiento, la entusiasta pareja ha decidido hacer más que nunca del reciclaje su divisa. «Utilizamos las garrafas de agua embotellada… Ya que por razones del Covid-19 no podemos buscar agua en el monte, tenemos que comprar las botellas, la respuesta a qué hacer con tantans garrafas se encuentra en nuestro huerto», precisan.
Para saber cómo hacer un uso adecuado del material reciclado apelaron amaterial gráfico y audiovisual a disposición en línea. «Vimos unas fotos en Internet sobre cómo cultivar en garrafas… Las cortamos por una parte e hicimos dos agujeritos laterales para el drenaje y en seguida las pintamos», nos dicen.
«Podíamos utilizar pintura de colores, pero como teníamos pintura de color negro usamos esta… Las pintamos porque si dejas las garrafas transparentes las raíces se ponen verdes de algas… Y pusimos en el fondo lo que aquí lo llamamos picón, piedrecitas volcanicas, que van muy bien para el drenaje», nos dicen.
Luego de acondicionar las garrafas, Christian y Aurora, continuaron manos a la obra y han sembrado dos especies de hortalizas. «Se trata de dos clases de pimientos y, también de dos clases de lechugas», nos cuentan entusiasmados, alertándonos que pronto seguirá otras.
«Esperamos ir poniendo fresas, tomates, algún calabacin, acelga, cebollino, rúcula, albahaca, la idea luego es ir colocándolos en la pared pues abulta menos y es más fácil cuidarlos, se llaman «Huertas verticales», nos dicen, antes de añadir que en su vivienda tienen «papayeros, un árbol de café, y un platanero…».
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