El Biohuerto Educativo en el 2020: Año Mundial de la Sanidad Vegetal

Sophie Dmitrieff, fundadora de Econtinuidad, comparte unas líneas sobre la acción de campo y reflexión de Econtinuidad a propósito del inicio del Año Mundial de la Sanidad Vegetal.

Tal como señala el título de estas líneas, este 1ero de enero se dio inicio al periodo de 366 días que la ONU ha consagrado a la sanidad vegetal; es decir, a todo lo que hace que un vegetal -cereales, hortalizas, tubérculos, entre muchos otros- goce de buena salud y pueda ser finalmente consumido sin riesgos de afectar la salud de quien da cuenta de él a la hora de la ingesta.

Para quienes cotidianamente en el campo de la agricultura y huertos ecológicos en general y, muy en particular, en los biohuertos educativos mostramos que otra forma de relacionarnos con la tierra y cultivar es posible, la decisión de consagrar este 2020 a aquello que hace que un vegetal sea digno de ser catalogado como sano es bienvenido.

El escenario se presta sobremanera para mostrar que existen prácticas agrícolas viables que constituyen verdaderas alternativas a las de la agricultura convencional, exponiendo sin complejo algunos de los logros que, cada vez con más frecuencia, por doquier en este campo se están alcanzado para bien de la biodiversidad y la vida en nuestro planeta.

La ocasión que nos ofrece este 2020 se presta, no cabe duda, para mostrar que si de garantizar la salud de los vegetales y de quienes los consumen se trata, no hay por qué recurrir al uso de pesticidas, herbicidas y fungicidas sintéticamente obtenidos, pues una relación orgánica con nuestra madre tierra, la Pachamama en el Perú, nos puede permitir cultivar saludablemente los vegetales.

Para mostrar, potenciando al mismo tiempo nuestro trabajo de campo, qué es lo que se hace en los biohuertos educativos implementados con el apoyo de Econtinuidad en las escuelas de nivel Inicial, Primaria y Secundaria del Perú. Donde, asociando el cultivo de hortalizas y plantas aromáticas, en sinergia con la naturaleza, garantizamos la salud de lo que en estos huertos orgánicos se cultiva.  

Durante este 2020, la razón nos asiste pues para poner por delante una de las doce vías que todo Biohuerto Educativo ofrece para quien entra en relación con él, la función agroecológica. Nada más y nada menos aquella forma de actuar -de funcionar- de todo Biohuerto Educativo que pone en evidencia las prácticas agrícolas respetuosas de la dinámica de vida en la naturaleza.

Al hacerlo, en este año que la función agroecológica constituye el tema articulador de la acción y reflexión del trabajo de Econtinuidad, tenemos como objetivo mostrar, aunque a pequeña escala, que el cultivo orgánico de hortalizas, forma por excelencia para garantizar la salud de los vegetales, constituye una vía que garantiza el incremento de la producción sostenida de hortalizas para bien de una alimentación saludable de niños y adolescentes en estas escuelas. 

Lo haremos teniendo presente que una agricultura orgánica podría evitar que cada año, tal como sucede ahora a nivel global en nuestro planeta, se pierda, a pesar de los medios convencionales usados para hacer frente a quienes lo causan, el 40 por ciento de la producción de cultivos alimentarios debido a las plagas y enfermedades.

Y mostraremos así que la tierra orgánicamente tratada ayuda a hacer frente al hambre y la malnutrición; flagelos para quienes habitan en zonas rurales y marginales a nivel planetario, muy en particular en el Perú. He ahí pues una de las grandes tareas de nuestra asociación para este 2020, el Año Mundial de la Sanidad Vegetal.