El Biohuerto Educativo de Econtinuidad: de las palabras a los hechos

Terminada la evaluación, es el turno de los hechos: las acciones, a fin de implementar y poner en marcha al Biohuerto Educativo de Econtinuidad en el seno de la escuela de nivel inicial, primario o secundario que le ha abierto sus puertas.

Los talleres escuela-comunidad

Es el momento de organizar los talleres escuela-comunidad, las sesiones de trabajo en las que los padres de familia podrán comenzar a honrar el compromiso que asumieron y que quedó sentado en el acta que da fe del mismo.

En caso de que el Biohuerto Educativo sea uno de tipo invernadero, ha llegado el momento de la preparación, haciendo uso de tierra y paja, de los adobes que permitirán edificar los muros del biohuerto.

Econtinuidad aportará los materiales con los que la comunidad no cuenta (plástico agrícola, alambre, clavos, entre otros materiales). Y proveerá asimismo con la asesoría para la construcción y el cultivo agroecológico.

Cualquiera sea el tipo de Biohuerto Educativo (Invernadero o A cielo abierto o Parcela de altura) que se ha escogido, debe darse inicio asimismo a la preparación de la tierra en la que se cultivarán las hortalizas, plantas aromáticas y medicinales.

Este es el momento de enriquecer la tierra con el compost y estiércol para que cuente con los nutrientes que las plantas requieren para florecer y crecer a plenitud.

Los talleres técnicos y pedagógicos

Es el tiempo asimismo de organizar los talleres técnicos y pedagógicos orientados a capacitar a los profesores tanto en el manejo del biohuerto como en la manera de vincular al Biohuerto Educativo y sus doce funciones con las áreas que componen la currícula escolar.

El momento de la acción que permitirá mostrar la pertinencia del Biohuerto Educativo en tanto que recurso ecopedagógico que permite concebir una educación de tipo vivencial con contenido altamente ecológico.  

Las cocinas y los comedores educativos

Es el momento también de actuar para que a la implementación del Biohuerto Educativo le siga naturalmente en el tiempo la de las cocinas y comedores educativos. Es decir, los espacios en los que la educación de tipo vivencial continúe impartiéndose mientras los alumnos se alimentan con una dieta enriquecida por las hortalizas y plantas aromáticas cultivadas y cosechadas en el biohuerto.

Un cúmulo de acciones que con el paso del tiempo dirán si el Biohuerto Educativo ha podido proyectarse a la comunidad en la que la escuela está localizada y coadyuvar en el cambio de hábitos de consumo alimenticios…