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El biohuerto de la familia Huaringa, en Huarochirí

abril, 2023

Los siete miembros de esta familia del distrito de San Lorenzo de Quinti participa en la marcha de este espacio consagrado a la naturaleza en su hogar.

«A mis padres les gusta y entusiasma el proyecto del biohuerto», es lo primero que nos hace saber Miguel Andrés Huaringa Contreras al momento de compartir estas imágenes sobre uno de los dos biohuertos que han visto la luz en el seno de su hogar. No solo a sus padres, pues su pareja y sus tres hijos también participan en el manejo de este espacio consagrado a la naturaleza en este rincón del distrito de San Lorenzo de Quinti, provincia de Huarochirí, en el departamento de Lima.

La preparación de la tierra del biohuerto fue lo primero que ocupó a los siete miembros de esta familia huarochirana. «Miguel y Rocío, la pareja de Miguel, se pusieron manos a la obra para poner a punto la tierra de su biohuerto», no dice Fidela Huanacune, responsable en Econtinuidad del «Área de creación de los biohuertos educativos». «Removieron adecuadamente la tierra, oxigenándola, e hicieron uso de estiercol curado de las vacas a fin de enriquecer la tierra de su biohuerto», añade.

Alejandro Huaringa Lazo y Maria Contreras Flore, progenitores de Miguel, hacen lo suyo a la hora del cuidado del biohuerto.

Casi al mismo tiempo que preparaban la tierra de este biohuerto que ha visto la luz a unos 2680 metros sobre el nivel del mar, se dio inicio a la de preparación de los semilleros. «Rápido, bastante rápido, son personas muy dinámicas y muy creativas, los semilleros estuvieron listos para recibir las semillas de acelgas, lechugas, perejiles, apios, espinacas y más hortalizas y aromáticas», nos dice entusiasmada Fidela.

La preparación de los semilleros es una de las tareas en las que ha participado toda la familia.

«Para mediados de marzo pasado, la tierra del biohuerto estaba lista para dar la bienvenida a las plántulas de hortalizas y aromáticas, una labor en la que puso su grano de arena hasta la pequeña Yasmín, de tan solo 5 años», añade Fidela, recordando una de las numerosas conversaciones que sostuvo con Miguel Huaringa sobre este importante momento en la creación del biohuerto.

La pequeña Yasmín unió esfuerzos con Lesly y José, de 18 y 14 años respectivamente, en las tareas de preparación de los almácigos donde germinaron las semillas que, junto con su padres, sembraron. «Nuestros hijos, para nuestra satisfacción, están acostumbrados a participar en las labores del campo; ellos están muy felices con este proyecto de biohuerto que con el apoyo de Econtinuidad estamos sacando adelante», dice Miguel Huaringa.

El biohuerto se prepara para recibir a los plantones de apio, acelga, perejil, lechuga, espinaca…

Para fines de marzo las plántulas de hortalizas ya estaban listas para ser transplantadas y ocupar cada una su sitio en el lugar que la familia le había asignado en el biohuerto. Fue una gran satisfacción para esta familia huarochirana ver como, una tras otra, las plántulas brotaban en cada uno de los semilleros del almácigo. «Como -tal como señala Miguel- iban lanzándose hacia la luz, fuertes y seguras, felices de dar lo suyo en el biohuerto».

Las plántulas no se hicieron esperar a la hora de su cita con la tierra del biohuerto.

A finales del mes de marzo, la familia llevó a cabo el tan esperado transplante de las plátulas de diversas hortalizas y plantas aromáticas. La germinación de las semillas en el almácigo había premiado sus esfuerzos, el número de las plántulas había superado las expectativas. «Todos participamos, todos, en plantar los brotes en la tierra del biohuerto, guardando la distancia adecuada entre plántula y plántula para que las plantas de hortalizas y aromáticas crezcan, se desarrollen, en la mejor manera», nos dice Miguel Huaringa.

Las plántulas han ocupado su lugar en el biohuerto familiar.

A las labores de transplantación de los plantones de hortalizas y aromáticas, le siguen las tareas del necesario riego. Algo en lo que los miembros de familia, respetando el cronograma de la naturaleza, se han organizado en turnos a fin de que nunca falte el líquido elemento en este rincón de la naturaleza. «Mis hijos saben como regar para refrescar la tierra del biohuerto, sin perjudicar a las plantas que hemos transplantado», nos dice Miguel. ¡Excelente!

No hay día que Miguel Huaringa no se ocupe del biohuerto familiar.

El crecimiento de las plantas de acelga, apio, lechugas de diversas variedades y aromáticas, como el perejil, no se han hecho esperar en esta naturaleza en miniatura de uno de los 32 distritos de la provincia limeña de Huarochirí. «Pronto -Miguel no hace saber- haré llegar más imágenes y también videos del crecimiento de las plantas de nuestro biohuerto». En Econtinuidad esperamos estos testiminios del proyecto de este biohuerto educativo familiar con gran expectativa.

Las plantas de apio, entre otras hortalizas, van tomando cuerpo en el biohuerto familiar.

Por lo pronto, Miguel Huaringa, siempre entusiasta, nos ha enviado la imagen de estas plantas de apio que se desarrollan en la tierra debidamente enriquecida de su biohuerto. Esto es solo el inicio del proyecto del biohuerto educativo familiar. La familia de Miguel Huaringa es tan solo una de las numerosas familias huarochiranas que ha suyo el proyecto ecopedagógico de Econtinuidad.

GALERÍA DE IMÁGENES
Las plántulas van quedando expeditas para el momento del transplante.
Listas ya para ocupar su lugar en el biohuerto familiar.
Las plántulas pronto darán paso a vigorozas plantas de lechugas y otras hortalizas.
El biohuerto familiar impone su presencia en el seno del hogar de esta famila de Huarochirí.
El biohuerto muestra algo de lo mucho que puede ofrecer…
Una planta de rocoto muestra ya uno de sus frutos en el seno de este hogar.
Una vigoroza planta de apio del biohuerto familiar.

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