La motivadora carta de Sophie (*) me incitó a proponerle a través de esta carta abierta las biohuertas urbanas, una forma de ampliar el campo de acción de Econtinuidad.
Buenos Aires, 8 de abril de 2020
Querida Sophie,
En esta fresca y bella mañana otoñal desde mi hogar devenido trinchera-mundo-laboratorio artístico y exploratorio de ideas, quiero agradecerte este tiempo tan generoso de reflexión conjunta para poder transitar una experiencia inédita en nuestra vida, como lo es esta emergencia sanitaria que nos desafía a cuestionarnos cuál es nuestro rol como ciudadanos activos y miembros responsables de nuestras acciones ante el escenario que deberemos transitar una vez que se vayan retomando las actividades en nuestras comunidades luego del confinamiento.
Me pregunto: ¿se puede volver iguales? ¿Podremos retomar nuestros hábitos pasados sin ejercer una profunda autocrítica? ¿Cómo responderemos ante las evidencias de que la Tierra se ha tomado un respiro revitalizante mientras nosotros luchábamos contra un enemigo tan diminuto como devastador como el virus llamado SARS-CoV-2? ¿Tendremos esa capacidad de transformación en medio de un escenario tan desolador?
También pienso en la dicha de quienes tenemos un techo para albergarnos y en la posibilidad de, aún en la adversidad, desarrollar nuestra capacidad de generar alimentos que nos nutran y de reconciliarnos a través del cultivo con el ecosistema del cual formamos parte para reconocernos como especie humana entre otras tantas. La idea de poder regenerar un huerto orgánico en casa me llena de entusiasmo y esperanza y quiero apelar a tu vasta experiencia a través de los años al frente del proyecto de biohuertos educativos desde Econtinuidad para que me guíes en mis primeros pasos, lo que sería muy valioso e inspirador para mí.
La idea de partir de una semilla aparece una y otra vez como punto de partida. Me pasa una y otra vez, diría cada vez que al partir un fruto al medio, veo sus semillas como potencia de inicio un nuevo ciclo, en este caso sería el del proyecto de un huerto en casa.
Aquí, en la ciudad de Buenos Aires, desde el barrio de Belgrano, uno de los de mayor densidad de habitantes por metro cuadrado de la Capital Federal, el acceso a una porción de tierra o jardín no es la media, pero sin embargo hay muchos balcones que con una biohuerta podrían hacer una gran diferencia. Por ello te quería pedir si me podrías guiar en el paso a paso de cómo tratar esas semillas para hacer plantines. En algún tutorial he visto que crecían semillas en sustratos a base de té sin tierra y me dio curiosidad por consultarte acerca de si conoces algún medio nutricio alternativo a la tierra fértil, que si bien es abundante en nuestras pampas, escasea en nuestra ciudad. Si dispones del tiempo necesario y estás de acuerdo, me gustaría además dibujar la secuencia de instrucciones para poder compartirlo como conocimiento abierto entre amigos y la comunidad en su conjunto.
Tengo varios tomates en casa, ¿podremos empezar con sus semillas?
Desde Buenos Aires te mando un abrazo cálido y aguardo con entusiasmo tu amable respuesta. ¡Cuidate!
Laura Olalde
(*) Sophie Dmitrieff es presidenta y fundadora de Econtinuidad, asociación sin fines de lucro cuyo objetivo es coadyuvar en la transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza, impulsando la implementación de los biohuertos educativos (www.econtinuidad.org).
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