Proyectar el trabajo de las labores en pro de la naturaleza con el Biohuerto Educativo fue el propósito de esta última capacitación del año 2019.
«Esta útima sesión de trabajo de 2019 estuvo orientada a afirmar el eje de la propuesta ecopedagógica de nuestra asociación, el Biohuerto Educativo, proyectando el desarrollo de actividades a llevarse a cabo en el año 2020 en el marco de la interrelación entre los biohuertos educativos y los centros escolares que cuentan con uno», sostiene Rosaura Huanacune, responsable del área de Proyección Educativa de Econtinuidad Perú.
Para tal efecto, los cerca de cincuenta docentes de las diez instituciones educativas que cuentan con un Biohuerto Educativo en la región del Cusco intercambiaron, a partir de las 3 de la tarde del miércoles 27 de noviembre, en el seno de la Institución Educativa Humberto Luna, conocimientos y experiencias adquiridas a lo largo de los nueve meses de duración del año escolar 2019 en sus labores con el Biohuerto Educativo.
«De lo que se tratam tal como deseamos en las instituciones educativas de Lima y Callao, es optimizar el funcionamiento de los biohuertos educativos en la región Cusco, reflexionando con los docentes y el personal administrativo y de servicio sobre las actividades que permiten garantizar la sostenibilidad de estos huertos orgánicos», dice Héctor Yarasca, resposnable del área de Ejecución de Proyectos de Econtinuidad Perú.
Es por ello que gran parte de la tarde del último miércoles de noviembre, el rol de Econtinuidad estuvo orientado a fundamentar la distribución del espacio al interior de los biohuertos y al uso adecuado del agua. «La delimitación de los caminos al interior del Bihouerto Educativo es crucial si lo que queremos es que quienes entran en relación con él hagan suyo este espacio en pro de la naturaleza», sostiene Héctor Yarasca.
Otro de los temas que ocupó del tiempo de quienes concurrieron a este evento anual de Econtinuidad fue la determinación de las hortalizas que se cultivarán en los biohuertos educativos. «Fundamentar el abánico de hortalizas que se cultivarán es un aspecto importante si queremos dinamizar la generación de vida en los biohuertos y garantizar su proyección efectiva hacia el aula escolar», precisa Héctor Yarasca.
Ya que de lo que se trata, de acuerdo a lo que puntualiza Rosaura Huanacune, es que la dinámica de vida del Biohuerto Educativo sirva como un recurso ecopedagógico a la hora de que los docentes traten de enriquecer ecológica y medioambientalmente las áreas de estudio que componen la currícula escolar.
El V Taller Pedagógico y Técnico llevado a cabo a fines del mes de noviembre en la ciudad del Cusco hace pensar, con fundamento, que en el año escolar 2020 el Biohuerto Educativo se pondrá una vez más al servicio de la educación en las escuelas que le han abierto las puertas.
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